Semana santa:
Conocida como la mejor semana Santa del mundo y reconocida mundialmente como la Jerusalén de América la ciudad de Popayán ofrece al mundo la tradición más antigua de América Latina y su mayor atractivo Turístico y Religioso.
Historia: La imposición de la religión católica fue el propósito primordial de los conquistadores, que llegaron acompañados de sacerdotes evangelizadores. Cada poblado fundado se consagraba a un santo patrono. En torno a esas celebraciones congregaban a los nativos, en quienes se inculcaba la fe religiosa. Una de las expresiones de esa devoción eran las procesiones presididas por el clero.
A medida que la población crecía en importancia y riqueza, ganaba en solemnidad el culto religioso. A través de los años y de las generaciones, con la erección de nuevos templos, capillas y oratorios, se conmemoraban con pompa esas manifestaciones religiosas. Sobre el inicio de las procesiones de Semana Santa de Popayán, que son la expresión popular más antigua de Colombia, no se puede hablar de una fecha exacta. Sin embargo, de los relatos históricos se colige que se iniciaron a los pocos años de fundada la ciudad. Al parecer su origen se remonta a 1.556. Esta celebración se fue convirtiendo en el principal elemento de socialización de los pobladores. Durante casi cinco siglos los payaneses han llevado en hombros una tradición basada en valores familiares y en el sentido de pertenencia a una comunidad. José María Vergara y Vergara, en su descripción de las Procesiones de Popayán en 1.857, decía... "El pueblo cristiano se prepara para asistir a los oficios y deja a un lado todo negocio desde el Domingo de Ramos. El lunes, por lo tanto, no está ausente nadie de su casa cuando llega el Anima Sola a entregar una papeleta y las ceras..."
El elemento artístico esencial de esta conmemoración es su imaginería por medio de la cual se recrean los personajes y las escenas de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Alrededor de esta festividad se congrega toda la comunidad sin distingo alguno, y la ciudad muestra en todo su esplendor una invaluable herencia que ha mantenido y defendido con ardor durante su existencia. En la historia de las procesiones nos encontramos con que los mayores aportes a esa tradición se dieron del siglo XVI al XVIII. En el XIX, en cambio, no se registra mayor contribución. Ese estancamiento se debió a las guerras de Independencia, seguidas de múltiples conflictos intestinos.
En 1.937 el Maestro Guillermo Valencia, decidió conformar una Junta Cívica que se encargara de preservar esa tradición. Luego Al nuevo organismo se le dio el nombre de Junta Permanente Pro Semana Santa. Se reglamentó la participación de los personajes, como cargueros, síndicos, regidores y sahumadoras, quienes debían observar estrictas normas. A la tarea desarrollada por la Junta desde su nacimiento, se debe que las procesiones sean hoy una de las festividades populares más importantes de Colombia, con reconocimiento internacional. En el siglo XX, positivo por excelencia para esta conmemoración payanesa, se logró trascender y se reflexionó acerca de esta celebración, que, además de su carácter religioso, posee una gran riqueza cultural y artística, la cual constituye un patrimonio no sólo de Popayán sino de Colombia, con incalculable valor inmaterial, el que a su vez es fuente de desarrollo material para los habitantes de la región. Es asi como en el 2009 y bajo la dirección de la Junta. se incluyó en la Lista representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco esta tradición centenaria, gracias al trabajo de los directivos de la junta permanente pro semana santa de Popayán y al amor de su gente por esta tradición.
Paso de La cruz a cuestas en la procesión de Jueves Santo 2010 (imágenes españolas del siglo XVIII). |