En las Calles Patojas

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Lugares Tradicionales

El casco antiguo o centro histórico de Popayán está considerado uno de los más bellos y mejor conservados de Colombia y América Latina. La ciudad ha logrado conservar su escala urbana y la armonía de su carácter colonial durante más de cuatro siglos, atractivo que seduce a numerosos visitantes nacionales y extranjeros. Las calles empedradas fueron asfaltadas casi en su totalidad en 1937. Sin embargo, se encuentran en curso proyectos tendientes a recuperar este aspecto encantador de la ciudad original y devolver a la zona antigua de Popayán un carácter más peatonal.


La arquitectura colonial de Popayán es uno de sus principales atractivos. Las hermosas casonas que por varios siglos ocuparon las familias más destacadas de la ciudad, hoy han sido rehabilitadas en su mayoría para diferentes usos. Existe, igualmente, una impresionante profusión de templos coloniales, lo que recuerda el papel protagónico de la Iglesia católica en la formación de la ciudad a lo largo de su historia. Para conmemorar los 400 años de la fundación de la ciudad, en 1937 se inauguró en la cima del morro un monumento en honor del fundador de la ciudad, con una estatua ecuestre elaborada por el artista español Victorio Macho.
  • Paraninfo Francisco José de Caldas: Esta imponente edificación de mediados del siglo XVIII formaba parte del monasterio de la comunidad de los dominicos hasta 1826. Construido primero en bahareque y techo de paja, fue reforzado con el transcurso de los años con tapia pisada y teja hasta convertirse en una expresión arquitectónica del colonial formativo. Simón Bolívar lo decretó como bien patrimonial en 1827, cuando ya era una casa de dos pisos con fachada sobre la plazoleta de Santo Domingo. El último Gobernador del Cauca grande, don Miguel Arroyo y Hurtado, realizó importantes renovaciones y reformas que le dieron buena parte del aspecto que posee actualmente. Cuenta con un amplio vano de entrada con marcos de medio punto, ventanas de balaustre sobre el portón y dinteles que decoran las junturas de barro del muro con los aleros y la cornisa de entre pisos. Cuando el edificio fue entregado a la Universidad del Cauca a comienzos del siglo XX, fue objeto de las reformas y ampliaciones adicionales, con lo cual se recuperaron todos los espacios originales.


    • Parque Caldas: Nació con la ciudad en 1537, cuando el trazado en cuadrícula generó a su alrededor las construcciones religiosas, gubernamentales y de los fundadores. Inicialmente fue utilizada como plaza de mercado. En 1538 fue colocado en el centro de la plaza un cepo donde fueron decapitados Jorge Robledo y Álvaro de Oyón. Este cepo duró hasta 1766 cuando fue reemplazado por un chorro de agua, que duró hasta 1805 cuando en su lugar fue colocada una pila de cantera. Esta última fue removida en 1910 tras la inauguración del monumento al Sabio Caldas, obra del escultor francés Raoul Verlet, que permanece desde entonces en el mismo lugar y cuya réplica se encuentra ubicada en la Plazoleta de las Nieves en Bogotá. En la misma época fueron sembrados los frondosos árboles que hoy enlucen y rodean el monumento. En la primera mitad del siglo XX, la verja existente fue demolida y el parque adquirió la apariencia que posee actualmente. En mayo de 2007, una propuesta del arquitecto Lorenzo Castro para remodelar el Parque de Caldas fue recibida con amplia resistencia por parte de los habitantes de la ciudad. En abril de 2009 se inauguró la primera etapa de las obras de semipeatonalización del Parque, en preparación de las celebraciones de Semana Santa, el punto de mayor afluencia turística para la ciudad.

    • Puente del Humilladero: Construido en 1873 sobre arcos de ladrillo y calicanto, según diseños del religioso italiano Fray Serafín Barbetti y de un ingeniero alemán cuyos restos momificados se conservan en el Museo Arquidiocesano de Arte Religioso de la ciudad. Entre el centro de la ciudad y el barrio El Callejón (hoy barrio Bolívar) existe una falla en el terreno que antes de la construcción del puente hacía extremadamente difícil la subida al centro; por esta circunstancia, la gente subía inclinada, casi de rodillas. Así se originó el nombre del puente del humilladero. Este puente consta de doce arcos de medio punto, siendo los centrales más anchos que los restantes. Durante mucho tiempo fue una de las entradas principales de la ciudad; por él ingresaron los ejércitos libertadores durante la gesta de la independencia. Su genial diseño y la robustez de su construcción le han permitido salir incólume de numerosos movimientos telúricos.

    • Torre del Reloj: Símbolo por antonomasia de la ciudad. Denominada La nariz de Popayán por el Maestro Guillermo Valencia. Fue construida entre 1673 y 1682, utilizándose para ese propósito noventa y seis mil ladrillos. El reloj, de fabricación inglesa, fue colocado en 1737. Su mecanismo funcionaba por la acción de dos pesas de plomo que fueron cambiadas por Antonio Nariño en las lides de la independencia en 1814, cuando se requería el metal para fabricar munición. Después del terremoto de 1983, el reloj fue restaurado y puesto nuevamente en funcionamiento por la misma compañía inglesa que lo fabricó.